“No lo vemos, siempre por la misma razón, siempre presas de la misma ilusión, siempre porque tratamos como más lo que es menos, como menos lo que es más. Volvamos a colocar lo posible en su lugar: la evolución se convierte en algo completamente distinto de la realización de un programa; las puertas del porvenir se abren bien grande; un campo ilimitado se ofrece a la libertad. El error de las doctrinas -muy raras en la historia de la filosofía- que supieron dar un lugar a la indeterminación y a la libertad en el mundo, es no haber visto lo que implicaba su afirmación. Cuando hablaban de indeterminación, de libertad, entendían por indeterminación una competición entre posibles, por libertad una elección entre los posibles. ¡Como si la posibilidad no fuera creada por la libertad misma! ¡Como si cualquier otra hipótesis, al plantear una preexistencia ideal de lo posible a lo real, no redujese lo nuevo a ser solo un reajuste de elementos viejos! ¡Como si no debiera ser conducida de este modo, tarde o temprano, a tenerlo por calculable y previsible! Aceptando el postulado de la teoría adversa, uno introducía al enemigo en la plaza. Es preciso tomar partido: es lo real lo que se hace posible, y no lo posible lo que deviene real.”
Henri Bergson