“… concentrada sobre lo que se repite, preocupada únicamente por soldar lo mismo a lo mismo, la inteligencia se aparta de visión del tiempo. Le repugna lo que fluye y solidifica todo lo que toca. Nosotros no pensamos el tiempo real. Pero lo vivimos, porque la vida desborda la inteligencia. El sentimiento que tenemos de nuestra evolución y de la evolución de todas las cosas en la pura duración está ahí, dibujando alrededor de la representacion intelectual proapiamente dicha una franja indecisa que va a perderse en la noche.

Mecanicismo y finalismo estan de acuerdo en no tomar en cuenta más que el núcleo luminoso que brilla en el centro. Olvidan que ese núcleo se ha formado a expensas del resto por vía de condensación, y que habría que servirse de todo, de lo fluído tanto y más que de lo condensado, para volver a captar el movimiento interior de la vida.”

Henri Bergson