Revisitando técnicas de comunicación y algunos de sus síntomas me doy cuenta de que son tan fáciles de nombrar en teoría como difíciles de llevar a la práctica. Sin embargo, quizás la cuestión más importante queda a menudo sin responder (incluso sin formular): comunicar, ¿para qué?
Ahí va mi visión. Comunicar es externalizar primero para luego internalizar. La comunicación es simultáneamente el proceso y su vehículo. Comunicar es expresar para capturar de nuevo. Es proyectar lo propio en lo ajeno para verme a mí mismo. Esa otra perspectiva no es simplemente otro punto de vista, sino que es la mirada que me permite ser. La subjetividad que me confiere objetividad. Es análogo al proceso que se lleva a cabo ante un espejo. Siendo yo mismo el emisor y receptor de la luz, el espejo es la otra persona que está presente. Si tú me miras, a través tuyo yo puedo ser.
Como en la magia, sin espectador el truco no tiene sentido ni razon de ser. La comunicación también transmuta lo que hay alrededor. Puede tener varios matices. Pueder ser blanca o negra. Sutil o escandalosa. Consciente o inconsciente. Constructiva, conservativa o autodestructiva. Verbal o gestual. Por acción o por omisión. Factual o contextual. Magia de todos modos.
Probablemente comunicar tenga una intención poco altruista, aunque teñida irremediablemente de una preciosa interconectividad. Comparto partes de mi ser para que cuando vuelvan estén impregnadas de ti. Te grito que te odio porque en el fondo (no en la forma) te amo. Te ignoro porque sé que dependo de ti. Te necesito para sentirme seguro, y eso me da aún más miedo. Te miento porque ya me he engañado yo antes. Te desprecio porque no soporto la falta de aprecio. Podemos saber de nuestra altura por la sombra que proyectamos en el suelo. En ese instante, el suelo soy yo y yo soy el suelo.
Biológicamente, toda esta fascinante historia provenga de la evolución de nuestro instinto de intimidad en una convolución de nuestro instinto social con el de conservación. Comunicar simplemente para manipular… Así fuera en su origen. Pero nótese la siguiente progresión de palabras, y como evoluciona su significado y grafía: reacción, acción, acto y pacto. Reacción: defensa automática a través del ataque, la huída, el rechazo o la risa, que demuestra dependencia y falta de consciencia (me pinchas y salto). Acción: independencia aunque insconsciente (vienes a pincharme y me aparto). Acto: interpretación de nuestra independencia a través de la consciencia (te aviso de que si me pinchas te parto la cara). Pacto: transmutación y sublimación de lo anterior hacia la interdependencia (ya sabes que no me gusta que me pinchen y qué te espera si lo haces).
A nivel individual todo se reduce a cómo transformamos la energía en fuerza. Agresividad es malgastarla por exceso. Pasividad, lo mismo por defecto. La neurosis comparte piso con la psicosis. El centro se distingue por su levedad. Una esfera, aún teniendo área finita, no tiene límites. Lo mismo sucede con la energía comunicativa.
Realmente eres un prodigio de la naturaleza: Físico, neuro-ciéntífico, filósofo, cuidador de moscas y poeta!!! Un verdadero hombre del renacimiento 🙂